29 de septiembre de 2012

Peña Oviedo, poblado neolítico pastoril

El poblado neolítico de Peña Oviedo se encuentra a mitad de camino entre el valle de Camaleño y Áliva. En el artículo "El asentamiento de la Peña Oviedo (Camaleño, Cantabria): La colonización de las áreas montañosas de la Cornisa Cantábrica", de Agustín Díez Castillo, publicado en el monográfico titulado "Primeros agricultores y ganaderos en el Cantábrico y Alto Ebro" en la revista Isturitz. Cuadernos de Prehistoria-Arqueología, 6 (1996) puede leerse que, según los análisis con C14, el poblado tiene una antigüedad de 5.000 años. Es en esta época cuando se desarrolla el megalitismo y se constata una notable presencia de animales domésticos, principalmente ovejas y cabras, pero también vacas y cerdos.
Entre las estructuras del poblado neolítico de la campa de La Calvera, a 1.250 metros de altitud, se encuentran estructuras que indican que un grupo de humanos vivió y explotó los pastos de la zona, y al mismo tiempo, erigió dólmenes, monumentos megalíticos funerarios. Entre los primeros se encuentran un pozo circular excavado de unos 90 cm de diámetro y 60 cm de profundidad que debió tener funciones de silo y una zanja que sirvió para la cimentación de una cabaña de planta cuadrangular. Entre los megalitos, hay tres túmulos con cámara dolménica y otros dólmenes con los túmulos arrasados. Efectivamente, hasta nuestros días han llegado muchos megalitos funerarios, construidos con grandes losas de piedra, mientras que de las cabañas pastoriles donde vivían nos quedan pocos indicios o ninguno, porque en su construcción se usaban elementos vegetales como la madera, de poca durabilidad.
El pastoreo ha modelado el paisaje de los Picos de Europa. La vegetación potencial (la que habría si no fuera por la acción humana) de las superficies ocupadas actualmente por pastizales en el piso montano, hasta una altitud de 1.600-1.700 metros, es el hayedo (Fagus sylvatica) y el robledal albar (Quercus petraea). El hayedo ocuparía actualmente la mayoría de la superficie y el robledal albar lo sustituiría sobre sustratos silíceos, favorecido por precipitaciones menores y la pobreza de nutrientes en los suelos. Sin embargo, la expansión del hayedo en la Cordillera Cantábrica solo tiene 3.000 años, por lo que las poblaciones humanas de los Picos de Europa ya practicaban el pastoreo 2.000 años antes de la llegada del haya, que ha ido desplazando progresivamente al roble albar en los últimos 3.000 años.
Por encima de los 1.600-1.700 metros, si no fuera por la actividad ganadera, la vegetación subalpina estaría dominada por matorrales: erizón (Genista legionensis), abrojo (Genista hispanica subsp. occidentalis), enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina), arándano (Vaccinium myrtillus), agracejo (Berberis vulgaris), rosa de montaña (Rosa pendulina), beriz (Erica vagans) o brecina (Calluna vulgaris). Solo en el piso alpino, por encima de los 2.200-2.400 metros de altitud, la vegetación estaría formada por herbáceas, pero con baja cobertura sobre un sustrato rocoso en gran parte desnudo. Como sucede en la actualidad, el uso del fuego y el pastoreo intensivo debieron ser las herramientas usadas para formar los pastizales del piso subalpino. Sin el uso del fuego y el pastoreo, el matorral ocupa rápidamente sus antiguos dominios, prueba de que los pastizales de los Picos de Europa no son naturales, sino generados por la actividad ganadera. Tomé estas fotografías el 7 de agosto de 2012 en Peña Oviedo, sobre el pueblo de Mogroviejo, municipio de Camaleño (Cantabria).

Postdata
Molino de mano hallado en este yacimiento, fotografiado el 5 de julio de 2013 en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.
Vaso cerámico hallado en este yacimiento, fotografiado el 5 de julio de 2013 en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.

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